La terapia individual sistémica es una extensión del enfoque sistémico-relacional surgido de la terapia familiar conjunta. Que reitera la importancia del trabajo terapéutico con las familias de origen, como recurso inestimable para mejorar la calidad del proceso psicoterapéutico individual.
Aunque el estímulo para el cambio proviene de la sesión individual, su elaboración afecta de todos modos al sistema entero de las relaciones significativas del paciente. La participación directa en sesión de familiares significativos de la familia de origen y/o de las parejas resulta un inestimable recurso que puede mejorar la calidad de proceso psicoterapéutico y desbloquear situaciones de punto muerto.
En estas, la posibilidad de convocar un encuentro con los padres y los hermanos (juntos o separados) permite la colaboración de los familiares que favorece un encuentro emocional que dé el alimento afectivo y la confirmación del self que conduzca hacia la diferenciación y la realización de los objetivos existenciales de nuestros pacientes.
La terapia familiar sistémica es una disciplina terapéutica que pone su foco de intervención en los sistemas y subsistemas familiares y es útil para el tratamiento de un amplio abanico de problemas y trastornos.
La relación de la persona con su entorno, es decir, sobre los estilos y patrones relacionales del individuo.
El conocimiento de nosotros mismos ejerce una profunda influencia en la educación de nuestros hijos. Nuestro desarrollo emocional y el sentido que damos a nuestras propias experiencias infantiles influye directamente en la seguridad del apego de nuestros hijos.
El conocimiento de nosotros mismos contribuye a un desarrollo INTEGRAL de nuestros hijos.
Comprender el papel que tenemos como padres, nos posibilita brindar a nuestros hijos un colchón de seguridad y de bienestar emocional que les lleve a crecer adecuadamente.
Cuando nos convertimos en padres estamos ante una maravillosa oportunidad de madurar como individuos al enfrentarnos en la íntima relación paternofilial ante situaciones que disparan nuestras heridas infantiles no resueltas. Es un buen momento para profundizar en la comprensión del modo en que la infancia puede influir en nuestra vida adulta y por tanto en la educación de nuestro hijos. Para el disfrute pleno de una relación amorosa y educativa consciente.
Si logramos dar sentido a nuestras experiencias por más que hayamos tenido una infancia difícil, esta comprensión puede liberar la repetición de las interacciones negativas con nuestro hijos, y evitar que la historia se repita, que las mismas pautas familiares negativas se transmitan de una generación a la siguiente.
En la terapia de Pareja se implementa un enfoque integrador de sistemas familiares y EMDR conjunto, para tratar los obstáculos y finalmente liberar la relación para moverse hacia delante.
En el proceso terapeutico se producen cambios de los estilos de apego mediante la reparación de las heridas vinculares (de apego) y la modificación de los patrones relacionales.
Los incidentes dolorosos que se han dejado sin resolver de un pasado invalidante son susceptibles de dispararse por eventos similares con una temática recurrente. Cuando esto ocurre, se crean barreras en la relación.
La activación de sus respectivos problemas de apego les ha dejado con percepciones de abandono y traición, respectivamente. La pareja está atascado en interacciones negativas que perpetúan la continuación de las heridas y la desconexión.
A través de la terapia , las parejas se mueven hacia el mismo objetivo de apego vital con un aumento de cercanía, un principio fundamental de la terapia de sistemas familiares.
Por medio del uso del EMDR la pareja puede lograr una dinámica más saludable y dar un peso apropiado a los problemas y desacuerdos presentes.
Fuentes:
Alfredo Canevaro "Terapia individual sistémica con la participación de familiares significativos"
Daniel J.Siegel y Mary Hartzell "Ser padres conscientes"
Francine Shapiro, Florence W.Kaslow y Louise Maxfield "Manual de EMDR y procesos de Terapia Familiar"